Práctica 1. La educación en Corea del Sur


La educación en Corea del Sur, ¿un camino de rosas o un camino hacia el infierno?

En la primera práctica debatimos sobre el estado de educación de Corea del Sur en comparación con el de España.

Cuando te presentan la educación de Corea del Sur en la que los alumnos llegan a ir todos los días de la semana a la escuela, emplean más de doce horas al día asimilando conceptos y fórmulas y, además, las pruebas evaluativas se afrontan con un gran despliegue militar para garantizar el orden y la puntualidad lo primero que se te viene a la cabeza es lo bien que se lo han montado los surcoreanos.

Pero no nos tenemos que quedar siempre con lo bonito, debemos profundizar en el asunto para encontrar en la medida de lo posible la realidad. Y la realidad de Corea del Sur es que es uno de los países con alto índice de suicidio en adolescentes cuando no alcanzan los objetivos marcados por el Estado. Al igual que Finlandia, otro país con un conocido sistema educativo por el éxito de los estudiantes.

Por el contrario, en España encontramos un gran índice de fracaso escolar, no preparamos despliegues militares cuando nos enfrentamos a las pruebas de la EBAU, ni la mayoría de estudiantes pasamos más de doce horas al día estudiando, pero como dato positivo no se conoce ningún dato de suicidio por fracaso escolar.

Realmente, Finlandia y Corea del Sur dan envidia vendiendo un estado de educación que tiene un gran éxito, y más cuando perteneces a un país en el que la educación está politizada. Pero si profundizas en el tema y te centras en los índices de suicidio llegas a la conclusión de que es mejor tener un sistema menos estricto y que haga más feliz la adolescencia a que una de las etapas con menos exigencias de tu vida la pases demasiado preocupado en los estudios.

Obviamente debemos inculcar en los adolescentes valores como el esfuerzo, la lucha y la preocupación por un objetivo que supondrá la dedicación para el resto de su vida, sea cual sea (carrera, FP u oficios varios). Pero también debemos dejarles “volar” y disfrutar, como bien he dicho antes, de una de las etapas en las que menos preocupaciones se tienen.

Por tanto, ¿hay que ser estrictos? Sí, pero también hay que atender, en la medida de lo posible, a las necesidades individuales de cada alumno pues no todos llegan con las mismas facilidades al objetivo común, que es de este punto de donde provienen las altas tasas de suicidio en la adolescencia en países como Finlandia o Corea del Sur.

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